CIUDAD
BACTERIOLÓGICA
Una
relación entre cuerpo humano e infraestructura urbana.
Matthew Gandy, Profesor en la UCL (Londres), geógrafo y
urbanista, plantea una reflexión sobre la influencia de las redes de saneamiento,
o estructuras hidrológicas en el desarrollo económico, político y social de las
ciudades modernas.
El término ciudad bacteriológica proviene de una analogía
entre el mundo microscópico: bacteria como individuo, organismo como colectivo
y el mundo macroscópico: edificio como individuo, ciudades como colectivo.
Comparar la infraestructura urbana con el cuerpo humano
no es tontería, ya que pese a sus diferentes escalas, tienen un mismo
funcionamiento. La ciudad bacteriológica es un concepto que une ambas
naturalezas con un hilo conductor: el agua.
El agua es un elemento esencial de producción y
desarrollo para las ciudades modernas. Este avance tuvo lugar en la ciudad
industrial del siglo XIX. Además la implantación del alcantarillado en las
calles supuso un cambio drástico en la gestión y necesidad del agua en la
ciudad. Al ganar valor socioeconómico, este recurso agudizó la jerarquización de
las clases sociales. El rápido cambio en la moral y el comportamiento social de
la población acentúa el desarrollo generando nuevas
configuraciones de espacio, sociedad y tecnología.
Cabe mencionar
el problema sanitario y circulatorio de ciudades como Lagos, Bombay, etc,
lugares en los que la planificación urbana y la gestión del agua carecen de una
buena gestión. Últimamente se podría entender la urbe como una naturaleza
metropolitana, en la que es necesario que haya un equilibrio y una buena
organización, que muchas veces surge de forma natural. Este estado pende de un
delicado hilo, siendo necesaria una supervisión exhaustiva por parte humana.
Arquitectos como Alvar Aalto, Hans
Scharoun y Bruno Zevi hablan de una concepción bio-dinámica del espacio urbano,
utilizando la analogía de metabolismo urbano, un espacio autorregulado, en el
que se produce una transformación de la naturaleza en comodidades esenciales
como son la comida, la energía y el agua potable. Del metabolismo urbano se
llega al metabolismo industrial, aún más dependiente de esta conexión con el
agua, y por tanto de la humanidad.
Comentario
realizado a partir del texto:
Rethinking
urban metabolism: Water, space and the modern city.
Matthew
Gandy.
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