miércoles, 30 de septiembre de 2015



CIUDAD BACTERIOLÓGICA

Una relación entre cuerpo humano e infraestructura urbana.

Matthew Gandy, Profesor en la UCL (Londres), geógrafo y urbanista, plantea una reflexión sobre la influencia de las redes de saneamiento, o estructuras hidrológicas en el desarrollo económico, político y social de las ciudades modernas.

El término ciudad bacteriológica proviene de una analogía entre el mundo microscópico: bacteria como individuo, organismo como colectivo y el mundo macroscópico: edificio como individuo, ciudades como colectivo.

Comparar la infraestructura urbana con el cuerpo humano no es tontería, ya que pese a sus diferentes escalas, tienen un mismo funcionamiento. La ciudad bacteriológica es un concepto que une ambas naturalezas con un hilo conductor: el agua.

El agua es un elemento esencial de producción y desarrollo para las ciudades modernas. Este avance tuvo lugar en la ciudad industrial del siglo XIX. Además la implantación del alcantarillado en las calles supuso un cambio drástico en la gestión y necesidad del agua en la ciudad. Al ganar valor socioeconómico, este recurso agudizó la jerarquización de las clases sociales. El rápido cambio en la moral y el comportamiento social de la población acentúa el desarrollo generando nuevas configuraciones de espacio, sociedad y tecnología.

Cabe mencionar el problema sanitario y circulatorio de ciudades como Lagos, Bombay, etc, lugares en los que la planificación urbana y la gestión del agua carecen de una buena gestión. Últimamente se podría entender la urbe como una naturaleza metropolitana, en la que es necesario que haya un equilibrio y una buena organización, que muchas veces surge de forma natural. Este estado pende de un delicado hilo, siendo necesaria una supervisión exhaustiva por parte humana.

Arquitectos como Alvar Aalto, Hans Scharoun y Bruno Zevi hablan de una concepción bio-dinámica del espacio urbano, utilizando la analogía de metabolismo urbano, un espacio autorregulado, en el que se produce una transformación de la naturaleza en comodidades esenciales como son la comida, la energía y el agua potable. Del metabolismo urbano se llega al metabolismo industrial, aún más dependiente de esta conexión con el agua, y por tanto de la humanidad.



Comentario realizado a partir del texto:

Rethinking urban metabolism: Water, space and the modern city.

Matthew Gandy.

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